No sé dónde se perdieron las promesas, la magia de aquellos días que la realidad no rozaba.
Huella
No sé dónde se perdieron las promesas, la magia de aquellos días que la realidad no rozaba.
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No sé dónde se perdieron las promesas, la magia de aquellos días que la realidad no rozaba.
Esos encuentros casuales e inesperados que revuelven por dentro. Que bien expresado y cuanto mimo en los detalles.
ResponderEliminarGracias, Alberto
Eliminar¿Por qué nos dejamos dirigir por la vida en vez de dirigir nosotros nuestra vida? Ainssss, nos comportamos como si la vida fuera eterna y nos diese cientos de oportunidades... pero así somos, espectadores de nuestra vida, y así lo has recogido muy bien en el relato
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Eliminar¿Por qué nos dejamos dirigir por la vida en vez de dirigir nosotros nuestra vida? Ainssss, nos comportamos como si la vida fuera eterna y nos diese cientos de oportunidades... pero así somos, espectadores de nuestra vida, y así lo has recogido muy bien en el relato
ResponderEliminarMuy bueno. Me gusta.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarEs una historia común ¿Quién no regresa alguna vez al recuerdo de las oportunidades perdidas? En eso reside la fuerza del relato, que nos une a todos en un mismo recuerdo. Me gusta.
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