como la mala hierba o el buen vino.
Azarosa.
Soy la inquietud de lo desconocido.
El dardo que se hinca en tu conciencia.
Soy la flecha que se lanza por impulso,
a una Diana, que hiere la inconsciencia.
Pendiente de verte y que me veas,
con tus ojos, tu boca y tus oídos.
Dejo huella.
Si me huyes, creyendo que me olvidas,
volveré a tu sueño, sin pereza,
a hincarte la idea con sigilo.
No creas que por mi triunfaras siempre.
La razón lleva en su origen sacrificios.
No me temas,
soy centinela alerta a tus instintos.
Oculta a veces,
aunque mermada en la indolencia,
surjo siempre en la necesidad con mayor ímpetu.
No me huyas,
atesoro lo mejor que hay en ti mismo.
Y guardo en tú corazón, si es compañero,
la fuerza para llegar a lo infinito.
Autoría: Purificación Minguez
Que difícil es la poesía y que fácil lo haces Purificación.
ResponderEliminarGracias mil Alberto
ResponderEliminarEs que es verdad. Yo lo siento tb así.
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