¡Muerte! te llamo y
no vienes
te busco y no te
encuentro
sigo caminando
muriendo
a cada paso.
¡Muerte! ¿dónde
estás, pérfida?
no te escondas más
muero por morir
sin vivir
cada minuto.
¡Muerte! cómo ansío
una salida
un final que no se
anuncia
espero tu caricia
con malicia
cada segundo.
¡Muere! susurras a
mi oído
estoy donde siempre
estuve
a tu lado caminando
matando
cada instante.
Autoría: Argiñe Areitio.
El tema es escabroso y triste, la poesía, preciosa.
ResponderEliminarEl paso del tiempo y la misma muerte, bella poesía, Argiñe.
ResponderEliminar¿Para qué sirve pensar en la muerte? Sirve para poner en valor LA ESENCIA DE LA VIDA.
La muerte no es la mayor pérdida en la vida; la mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos, apuntó Norman Cousins.
La muerte es un desafío: Nos dice que no perdamos el tiempo, nos dice que nos digamos ahora que nos amamos, sugirió Leo Buscaglia.
¡Enhorabuena por hacernos pensar en la vida!
Cierto, Mikel, estoy de acuerdo. Muerte y vida van de la mano, no se entiende la una sin la otra y se dan sentido. Y muy de acuerdo también con Norman Cousins. No sé como será la muerte, pero la vida duele mucho en ocasiones con esas pequeñas muertes en nuestro interior.
ResponderEliminar