ese pétalo de rosa, que perfecto,
por negarse a ser raíz voló hasta el tallo,
equivocando con la tierra el cielo.
Prisionera que fue flor, por el aire detenida,
sobrevolando el jardín de los pecados,
decidió no rendirse al brote amargo,
a la espina feroz de una condena.
Dibujando en el aire mariposas;
puro y virgen pétalo levitando
sobre el manto inocente de la hierba.
Sucumbiendo al calor de un triste mayo,
lejos, de la cruel flor, que la hizo ajena.
Fue expulsada del paraíso perfumado,
por negarse, ante la fría losa de la piedra,
a mezclar su color, con el color de la tierra.
Pobre pétalo de rosa perfumado.
Para mí siempre serás la flor etérea,
que se posa en el tallo de mi vida,
y se queda, prendida por la espina,
doliente y eterna.
Autoría: Purificación Mínguez.
Qué tristeza! Llegas a mi corazón.
ResponderEliminarPreciosa poesía,Purificación.
ResponderEliminarQueda suave en el aire como el perfume de ese pétalo de rosa perfumado.