Llegar a puerto


Paseo hasta el puerto por la noche, cuando los barcos duermen. Mecidos por la humedad infinita del mar. Algunos son gigantescos y recortan el aire, robando el horizonte al cielo. Los hay que tienen nombres absurdos, exagerados. Otros parecen pedir perdón, por algún pecado aún en penitencia. Rogando, si acaso tuviéramos que nombrarlos, la indulgencia plena. No puedo embarcarme en todos y desconozco su rumbo. Aun así, en mi paseo insomne, sueño su viaje. Forzando mi imaginación a recorrer su incierto destino. No entiendo tampoco, como pueden sostenerse sobre unas gotas de agua acumuladas, tensionándose, ante la herida de la eslora. Formando arañazos, que imagino, se trasmiten en ondas dolorosas, mientras el mar las acepta resignado. 

¿Cómo un océano tan poderoso aguanta esta violación de su calma? Si yo, un ser diminuto, quisiera emular su diáspora convertida en éxodo, huyendo de la firme tierra, seguro que acabaría tragándome. Sin contemplación ninguna. 

Sabe el mar que no nos pertenece, aunque hayamos buscado la manera de invadir su ciclo natural, engañándole con un artificio en falso equilibrio. Y envidio a ese barco, que duerme acunado esta noche, con un nombre absurdo, exagerado; mientras yo, despierta, paseo por el puerto. Sin ancla, ni posibilidad alguna, de flotar en mí sueño. 

Autoría: Purificación Minguez

4 comentarios:

  1. ¡Muy agradable de leer! Tengo debilidad por la prosa poética, una forma literaria que no recibe la atención que merece, en mi opinión. Textos como este ayudarán a popularizarla. Bien hecho.

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  2. Sientes como te da el aire del mar en el rostro, y te subes el cuello del chaquetón mientras lees...

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  3. ¡Paseamos contigo, Purificación, flotando entre el agua del mar, el acero de los barcos y sintiendo la calma que evoca tu poema! Queremos embarcarnos en más singladuras como esta narración de casi nada en un puerto diciendo casi todo del viaje de la vida,...

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  4. Y se siente la soledad, la fragilidad humana frente al poderoso océano. También a mi me gusta sobremanera la prosa poética. Qué gusto leerte!

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