La vida en un suspiro

Nació una fría mañana de invierno, en silencio, ni un lloro. Ese primer paso marcó el resto de su caminar. 

Tuvo una vida apática ajena a los murmullos, a las carcajadas, los gritos y voces disonantes y murió envuelto en un mutismo total solo roto por un suspiro, el de su mujer. 

Nunca supo si se trataba de un suspiro de alivio o de fastidio. Su ceja derecha se elevó como signo de interrogación pero la luz se apagó y su vida terminó.

Autoría: Argiñe Areitio.

4 comentarios:

  1. Purificacion Minguez Losua30 de octubre de 2020, 21:23

    Me recuerda a el cuento de Solitaña de Miguel de Unamuno. No se porqué me ha venido a la cabeza. A veces la vida insulsa es una bendición.
    Muy bien expresado. Me gusta

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  2. Un melancólico suspiro, sin duda. Bien hecho.

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  3. Vida que viene, pasa y se va.
    Sin ruidos. Buen relato.

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