La primera vez que oí hablar del
valor de la letra impresa fue a mi madre. Corría el siglo XX.
- Emiliano, mañana nos llega la letra-
¡Qué le vamos hacer! – dijo mi padre- Habrá que pagarla.
Volé hasta el cuarto y regresé, para depositar en las manos de mi madre, mi
moneda de dos reales. Toda mi fortuna.
-Madre- la dije- Aquí tiene, cómpreme
usted unas letras de esas.
Al día siguiente recibí mi primer
libro, cargado de piratas con olor a pólvora y ron. De Emilio Salgari.
Anhelos frustrados de un padre con
tres hijas.
Autoría: Purificación Mínguez.
¡Bonita anécdota, con tintes autobiográficos, Purificación! Y que despierta tantos recuerdos de obras como "Los tigres de Mompracem", de aquellas novelas de aventuras del escritor italiano Emilio Salgari. Con piratas malayos ficticios como Sandokán y sus peripecias,...
ResponderEliminar“Me encanta. LLegar de clase, coger la barra de 12 (pts), abrirla y untar con la nata de la cazuela de leche del caserío. Un poco de azúcar y a disfrutar de las aventuras de Sandokan y La Perla de Labuan.
ResponderEliminarGracias por hacerme recordar aquellos momentos en tan pocas líneas.”
Alberto Ereña
Aquellas Joyas literarias que leíamos... Yo todavía tengo guardados los cómics. Hemos regresado al pasado en 80 palabras ;-)
ResponderEliminar¡Que recuerdos!
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