Sombra

 

Acompaño a tu sombra hasta la esquina.

Hasta el recodo en el que tu figura,

expuesta ante el diurno abrazo, se presta.

Acompaño a tu sombra en el tañer del mediodía,

alargando el silencio hacia el ocaso.

Y me expando con ella y me alzo

estilizando mi amor acompasado.

Sé que esta sombra solo es un pequeño esbozo en negro y blanco,

pero a mi me basta para seguir tus pasos.

Solo carne eres ya en mi memoria,

huesos, piel y rojo fruto, ahora desdibujado,

en el efímero y neutro contorno de tu forma.

Negándome a palpar la realidad que fuiste

saboreo hoy el molde tibio que te evoca;

persiguiendo los objetos que absorbes y delineas.

En este duelo incruento, a cielo abierto,

que es ya solo velo gris, vencido por el paso de las horas,

mi sombra se confunde con tu sombra.

Duplicando la batalla, ignorando generosa,

cuán enemiga fue

mi historia de tu historia.

En la hoguera del olvido muere el día,

dejando tu color del color de las cenizas.

Solo sombra mellada por la esquina

que hoy separa, tu calle, de la mía.

Autoría: Purificación Mínguez.

3 comentarios:

  1. El recuerdo apoyado en la sombra; muy elegante. Que evocación más bonita.

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  2. ...las sombras son tan expresivas, tan intensas. Son pura poesía.

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